miércoles, 12 de diciembre de 2012

52.

Caía el sol por mi ventana, sin embargo el calor no mitigaba. Necesitaba un cigarro y salir de casa, humeaban las cuatro paredes.

Alba se había ido, sin decir nada, dejando como único rastro de ella una carta explicando el por qué y esa llave que un día nos obligo fervientemente a amarnos. Le habían ofrecido plaza en esa universidad de la que tanto hablaba y se iba ahí a cumplir su sueño. Llegará muy lejos, yo me hubiera perdido en su vuelo.

Mechero y humo, pero esto ya no sabe igual, tiene su ligero toque. Creado a base de tantísimas noches encendiendo el cielo a caladas cortas, siendo simplemente ella misma, sin barreras ni corazas.

¿Dónde estará ahora? No quiero pensarlo, prefiero engañar a la tristeza  recordandole que he pasado con ella esta última noche, le diré mil veces que todavía es pronto para echarla de menos.

El sol  descansa por hoy, el viento da en mis ojos y noto como la vida me sobrepasa. No encuentro el cómo hacerme la idea de no volver a leer uno de tus mensajes o que nunca me vuelvas a decir; "baja, que estoy en tu puerta".

Sin duda has conseguido lo que pretendías, marcar a fuego mi vida con tu nombre y en tan solo 52 días.




1 comentario:

  1. Vaya... qué triste pero bonito a la vez...
    Me encantó.

    P.D: ¿Sabes que esa canción está también en español? La canta Melendi ;)Aunque la verdad es que esta versión me gustó más.

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