jueves, 14 de marzo de 2013

Sin prisas

Conozco a la perfección el olor que desprenden las sábanas al despertar, cuando estoy contigo, la manera que tienes de colocarte el pelo al caminar, lo profundo de tus ojos cuando miras y esa última curva que se desliza, silenciosa, entre tus caderas.

Eres genial, vibrante, desbordante y adictiva,  tanto que no te ha costado nada que acabase escribiendote esto, para decirte lo mucho que disfruto de verte en mi cama; despeinada, sin gota de maquillaje, con el pelo recogido y una sonrisa grande, de esas que enamoran.

Me has ganado por completo, sin duda no puedo olvidarme ti, de esos desayunarnos sin dormir, y de tantas noches en vela recorriendote, desde el ombligo hasta dentro.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Acariciando nubes

Hoy  no hay nada que resaltar, todo sigue la misma rutina; madrugar, sueño, prisas, estrés y cada vez menos ganas de luchar por conseguir, lo que no hace tanto me propuse.

Es ahora, con más nostalgia que nunca, cuando recuerdo con media sonrisa triste esos días que pasamos juntos, buscando siempre los lugares altos.  Todavía, cerrando los ojos, puedo sentir que sigo allí, con en el viento en la cara, un silencio pleno, el sol calentándonos y tú disfrutando de todo esto. Echo de menos la vida simple, el vivir sin horarios y esa felicidad fácil en forma de cigarro.

Y que no daría yo ahora por volver a ver la ciudad sumergirse en la noche, con el humo todavía resbalando en la garganta.